Bien es conocido por todos cómo las adaptaciones cinematográficas de libros, videojuegos, comics o “anime” japonés, han cosechado desde hace unos años un gran éxito en las grandes pantallas de todo el mundo, hecho que es bastante lógico ya que se suelen utilizar historias que han gustado mucho en su otro formato, y al utilizar ese “tirón”, es normal conseguir una buena taquilla. Además, no es tarea fácil adaptar por ejemplo una historia escrita en un libro muy extenso en apenas dos horas que dure la proyección, eso no se puede negar.
Yo me quedo con una frase que me dijo una amiga hace no mucho tiempo y que seguro que recordaré. Ésta dice “cuando hagas algo, hazlo bien, y si no es así, es que algo falla”. Pues bien, supongo que los guionistas, productores y directores de algunas de éstas películas, no tenían a esa persona detrás que les animara a hacer bien las cosas ya que desde mi punto de vista y seguramente desde el de la gran mayoría de los cinéfilos, muchos de éstos largometrajes son auténticos atentados cinematográficos hacía sus historias originales. No hay que echar la mirada atrás demasiado tiempo para buscar ejemplos, aún está en cartel una de las mayores decepciones que han tenido los fans de Dragon Ball, con la versión adaptada para cine “Dragon Ball Evolution”. Poca gente ha aceptado ésta película, (yo aún no he tenido el valor de verla), ya que además de que lo único que puede llegar a tener medianamente bien, son los efectos especiales, hacen un cambio drástico de los hechos y la historia de la versión original.
También hay que añadir que no todas las adaptaciones son malas, ya que hay casos como por ejemplo “El señor de los Anillos” o “Harry Potter”, en donde la película podrá ser mejor o peor, pero al menos el guión casa bastante bien con el manuscrito original.